La miel y sus derivados

Permítanme agregar que la miel es uno de los productos de mayor duración y con el cual podríamos ser alimentados por un largo período sin necesitar de otros alimentos, así que recomiendo guardar miel en sus casas.

La miel y sus derivados

Cristina Vázquez Fuentes (dietista)

Introducción:

En el transcurso de los siglos el espíritu curioso de los hombres aspiró a descubrir el misterio del admirable trabajo desarrollado por las abejas sobre las flores y dentro de la colmena. La abeja fue, en todas lasépocas de la historia, adorada por los poetas, pero ha sido en épocas recientes cuando se ha descubierto que las plantas entomófilas no se pueden reproducir sin la ayuda de las abejas, ni éstas existir sin las mencionadas flores.

Anualmente, las abejas obreras abastecen al hombre con centenares de miles de toneladas de miel. La miel ocupa un destacado lugar no solamente en la medicina popular, sino que se utiliza cada vez con mayor éxito en la clínica moderna y en los hospitales. La miel ejerce una acción benéfica, elevando la resistencia del organismo infantil a las infecciones, y también útil en la vejez.

Es muy difícil sobrestimar el valor curativo y profiláctico de la miel que obtenemos en estado puro y sin causar daño a las abejas. El preparado obtenido del veneno de abejas, la llamada apitoxina, puede aplicarse en cualquier época del año en aquellos casos en que el tratamiento medicamentoso y la fisioterapia resultan ineficaces. Puede aplicarse en forma de inyecciones intradérmicas, ungüentos, electroforesis, inhalaciones, etc.

Las abejas producen para el hombre gran cantidad de cera que sirve como base para preparar muchos ungüentos, emplastos y pomadas cosméticas. Así mismo, las abejas elaboran propóleos (resina de abejas) que se usan como remedio para tratar heridas y algunas enfermedades. Del mismo modo, el polen resulta ser un alimento rico en proteínas, vitaminas, sales minerales, hormonas y otras sustancias. Hoy en día está adquiriendo una importancia especial la jalea real de las abejas, remedio polivitamínico y hormonal de alto valor en geriatría.

Generalidades sobre la miel:

Para preparar 100 g de miel una abeja debe visitar cerca de un millón de flores. Con la ayuda de su probóscide (trompa), la abeja succiona el néctar y lo almacena en el estómago de la miel, regresando después a la colmena. Una abeja sin carga vuela a 65 km/h, incluso con su cosecha, cuyo peso puede alcanzar ¾ del peso de su cuerpo, la abeja todavía vuela a 30 km/h. Para obtener un kilo de miel, la abeja debe llevar para la colmena de 120.000 a 150.000 cargas de néctar. Si las flores, de las que la abeja recolecta la mielada, distan 1,5 km de la colmena, para llevar cada 963carga tendrá que volar 3 km. Por consiguiente deberá recorrer un total de 360.000 a 460.000 km, para preparar un kg de miel. Esta distancia es de 8,5 a 11 veces superior a la correspondiente a la circunferencia de la Tierra en el ecuador.

Al llegar a la colmena las recolectoras pasan su néctar a las abejas jóvenes (receptoras) que, durante algún tiempo lo guardan en su estómago de la miel, donde el néctar se somete a una transformación compleja, que ya había comenzado en el estómago de la miel de la abeja recolectora.

Existen varias docenas de especies de miel de abejas que se pueden distinguir ateniéndose a una serie de rasgos entre los cuales figuran: la flora, las regiones de recogida y las técnicas de preparación. Las variedades de miel difieren en cuanto a su color, aroma y sabor. Algunas mieles (por ejemplo, las de acacia blanca) son completamente incoloras, transparentes como el agua. Las mieles claras se consideran las mejores y son las más cotizadas en el mercado mundial.

Sin embargo, ciertos autores consideran que las mieles de color oscuro contienen más sales minerales, predominantemente de hierro, de cobre y de manganeso.

Un lugar muy singular lo ocupa la miel de mielato (secreción dulce de algunos insectos). Las abejas la elaboran no del néctar de las flores, sino esencialmente a partir de las secreciones de pulgones (Aphididae), cochinillas (Coccidae), psilidos (Psyllidae), que se alimentan del jugo de las plantas y cuyas secreciones líquidas dulces caen de las hojas en forma de finas gotitas.

Cabe advertir que, según las investigaciones llevadas a cabo por O. Garagsime, el mielato contiene refinosa, maltosa, melacitosa, sacarosa, glucosa, fructosa y todo un grupo de azúcares no identificados; también contiene aminoácidos como alanina, arginina, ácido aspártico, cistina, ácido glutámico, glicocola, histodina, leucina, lisina, metionina, prolina, serina, taurina, triptófano, tirosina y valina.

Por su parte, la miel de flores posee casi un centenar de sustancias. En su mayor parte está constituida por glucosa, levulosa y azúcares monosacáridos. Enzimas como la amilasa, invertasa, catalasa, peroxidasa y lipasa. La miel contiene además sales de calcio, sodio, potasio, magnesio, hierro, cloro, fósforo, azufre y yodo, además de dosis microscópicas de sales de manganeso, silicio, aluminio, boro, cromo, cobre, litio, níquel, plomo, estaño, titanio, zinc y osmio. Entre los ácidos orgánicos podemos citar el málico, tartárico, cítrico, láctico y oxálico; proteínas, vitaminas, xantofila, sustancias estimulantes que elevan la actividad del cuerpo humano y sustancias de crecimiento.

Propiedades de la miel:

Desde hace mucho tiempo se sabe que la miel, en condiciones adecuadas, puede conservarse durante mucho tiempo. Las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en Egipto permitieron descubrir miel que se había conservado hasta la actualidad, conservando todas sus propiedades. Los egipcios la utilizaban para embalsamar a sus muertos. Cuando Alejandro Magno murió, durante su conquista del Oriente Próximo, su cuerpo fue transportado, sumergido en miel, para ser inhumado en la capital de Macedonia.

El documento más antiguo de la medicina egipcia es un papiro descifrado por Georg Ebers y se titula "Libro de preparación de medicamentos para todas las partes del cuerpo humano". En dicho papiro se dice que la miel ayuda a curar heridas, enfermedades gástricas e intestinales, así como de los riñones, de los ojos y puede emplearse en forma de ungüentos, emplastos, fomentos, compresas, infusiones y píldoras, especialmente las llamadas "píldoras de khaa" a base de miel.

En otro papiro descifrado por Edwin Smith también figura la miel como una de los remedios más eficaces.

En muchas otras culturas de la antigüedad se utilizaba la miel con fines curativos, por ejemplo en la antigua China o en la medicina hindú, donde aparecen referencias a la miel en el libro Yadjour-Veda (Libro de la Vida), así como el Código de Manu, donde se dice que la vida del hombre puede prolongarse hasta 500 años usando elixires a base de miel.

En nuestra cultura grecorromana la miel era elogiada por filósofos y sabios como Aristóteles, Hipócrates, Dioscórides, Claudio Galeno o Plinio el Viejo.

En la cultura musulmana la miel es citada en los "Cánones de la Medicina" de Abú Alí Husayn Ibn Sina, más conocido como Avicena, donde se dice de ella que "es útil en el caso de exceso de mucus y fortifica el alma, eleva el ánimo, favorece la digestión, favorece la eructación, abre el apetito, conserva eterna la juventud, refuerza las capacidades de memorización y reconstituye los recuerdos de las cosas pasadas, agudiza el juicio, destraba la lengua..."

Hace casi dos siglos, el biólogo ruso P. Sumarókov escribía: "La miel tiene la extraordinaria propiedad de preservar contra la putrefacción... Por ello, los habitantes de Ceilán, después de cortar la carne de los animales, la untan con miel y luego la colocan en agujeros de los árboles a un metro del suelo, cierran el agujero con ramas y la dejan así durante todo un año; pasado este tiempo, la consideran perfectamente buena para comer y con un gusto aún mejor."

Muchos consideran que estas propiedades son causa de la acción combinada de enzimas y azúcares. También se han descubierto en la miel sustancias antibactéricas que impiden el desarrollo de la flora microbiana. Estas sustancias, como ya demostró St. Mladénov en 1963, son el resultado de la actividad secretora de las abejas. A las investigaciones de Mladénov se sumaron las realizadas por F. Kagénova-Iorish, colaboradora científica del Laboratorio de Micología del Instituto de productos alimenticios de Kiev, concluyendo que la miel contiene sustancias antibióticas y anticriptogámicas (que impiden la putrefacción).

Tratamiento de las heridas: En los citados papiro de Georg Ebers y Edwin Smith se aconsejaba "...aplicar sobre las heridas, cuatro días seguidos, un paño de lana empapado de incienso y miel". Hipócrates en las "Consideraciones sobre el tratamiento de las heridas" aconsejaba tratarlas con miel y Avicena en sus "Cánones de la Medicina" escribe que "la miel es eficaz en el tratamiento de las úlceras profundas infectadas y cicatriza las heridas recientes". Del mismo modo, Plinio el Viejo consideraba que la mezcla de miel y aceite de hígado de bacalao era un remedio particularmente eficaz para tratar heridas.

En Rusia, el cirujano Ya. M. Krinitski ha tratado a numerosos enfermos afectados de osteomielitis, hidradenitis, paranefritis y quemaduras con un ungüento de miel e hígado de bacalao.

A. Budai, conocido médico ucraniano, utilizó miel en el tratamiento de heridas y úlceras rebeldes. El premio Nobel de medicina Albert Schweitzer estuvo utilizando la miel en hospitales de Gabón (Africa Ecuatorial) para el tratamiento de las heridas. Actualmente en varios hospitales de Australia se está utilizando la miel en los procesos de cicatrización rebelde, así como en diversas enfermedades. Tratamiento de los resfriados: quizás sea el tratamiento de los resfriados lo que ha dado mayor popularidad mundial a la miel. Se puede tomar sola o mezclada, por ejemplo con jugo de limón (el jugo de un limón por 100 g de miel); disuelta en una tisana de meliloto (una cucharada de miel por cada taza de infusión). También resulta muy eficaz el jugo de rábano rústico y de miel, en cantidades iguales.

Tratamiento en el caso de afecciones pulmonares: ya Hipócrates indicaba que una bebida a base de miel es un estupendo expectorante y calmante de la tos. Avicena recomendaba la miel mezclada con avellanas como remedio para calmar la tos crónica y favorecer la expectoración.

Tratamiento de las afecciones del tracto gastrointestinal: la sabiduría popular dice que "la miel es el mejor amigo del estómago". Numerosos autores confirman los beneficios de la miel en el tratamiento de las gastritis y úlceras gástricas. En el Instituto de Medicina de Irkutsk se han tratado más de mil casos de úlceras gástricas con miel. La doctora M. Jótkina tiene publicado un estudio sobre 302 casos de hiperclorhidia, con un éxito del 84,2 %. En el hospital Ostroúmov de Moscú se ha podido constatar que la miel normaliza la acidez y la secreción del jugo gástrico, suprime la pirosis, los eructos y el dolor. Así mismo favorece la cicatrización de las úlceras de la mucosa gástrica y fortifica el sistema nervioso.

Empleo de la miel en las enfermedades del sistema nervioso: los profesores N. Bogolépov y V. Kiseliova trataron con miel a enfermos con corea o baile de San Bito (contracciones convulsivas de los músculos) con magníficos resultados, A las personas nerviosas, extenuadas o fatigadas, con el fin de recuperar su estado normal, se les recomienda que tomen, por la tarde, un vaso de agua caliente con una buena cucharada de miel y el jugo de medio limón disuelto en ella, o bien tomar dos cucharadas de miel. Según el profesor E. Tsánder no existe un somnífero más inofensivo que un vaso de agua con miel".

Dosis de miel recomendadas: tomada como medicamento, la miel se debe dosificar. La dosis óptima para el adulto es de 100-200 g como máximo cada 24 horas. Esta cantidad se deberá repartir 30 a 60 g por la mañana, 40 a 80 gramos durante el día y 30 a 60 g por la noche. Preferentemente se tomará ½ hora antes de las comidas o 3 horas después de comer. En el caso de los niños bastará 30 g por día. Tomar dosis mayores de miel no solamente no es conveniente, sino que puede ser perjudicial.

Propiedades medicinales de la cera, del propóleo, del polen y de la jalea real:

Ya en 1707 el doctor Mohr escribía: "La cera natural destilada se transforma en aceite de un poder maravilloso. Este remedio es más bien un remedio de dioses que de simples mortales, pues en caso de heridas o de enfermedades internas produce verdaderos milagros".

La cera de abeja es rica en vitamina A: 100 g de cera contienen 4096 UI mientras que la carne de ternera contiene solamente 60 UI. Como ya es sabido la carencia vitamina A (retinol) produce la ceguera nocturna, así como diversas alteraciones de la vista.

El doctor D.K. Yarwiss en su libro editado en Nueva York recomienda mascar un preparado de cera y de miel para limpiar la nasofaringe, y como remedio insustituible en caso de sinusitis, asma y fiebre de heno.

El propóleos ( o goma de abeja) es una sustancia resinosa, castaño-verdosa, constituida por resinas y bálsamos (55%), cera (30%), aceites etéreos (10%) y polen (5%). Parece ser que las abejas preparan el propóleos a partir del polen.

En medicina popular el propóleos se utiliza en calidad de remedio para el tratamiento de tumores malignos, callosidades y heridas. K.G. Gaptrajimánova utilizó una pomada de propóleos para el tratamiento de la necrobacilosis (lesiones gangrenosas) en animales domésticos.

N.N. Prokopóvich es autor de un informe sobre las propiedades anestésicas del propóleos. Una solución al 0,25% de propóleos es más activa que una solución de cocaína y de novocaína, produciendo una anestesia total durante 12,5 minutos.

Así mismo, el uso de propóleos de alta calidad para inhalaciones da excelentes resultados en las afecciones de las vías respiratorias superiores y de los pulmones.

En cuanto al polen, es sobre todo una fuente insustituible de proteínas. Está constituido por sustancias nitrogenadas (peptona, globulina, aminoácidos), hidratos de carbono (glucosa, fructosa, sacarosa, refinosa, pentosanos, dextrinas, almidón, celulosa, polenina), lípidos complejos (lecitina, aceites grasos, viscina), enzimas (sacarosa, fosfatasa, catalasa, cosimasa, amilasa, invertasa, pepsina, tripsina, lipasa) y sustancias minerales (compuestos constituidos por 28 elementos). En suma el polen contiene todos los elementos indispensables para la vida de los organismos vegetales o animales. Es particularmente rico en vitaminas y hormonas de crecimiento.

El polen resulta muy eficaz en los casos de anemia perniciosa y normaliza el funcionamiento de los intestinos, abre el apetito, aumenta la capacidad de trabajo, reduce la presión arterial y aumenta el contenido de hemoglobina y eritrocitos en sangre.

Uno de los trabajos más importantes sobre el polen es la obra de Alain Caillas "Le pollen, sa récolte, ses propriétés et ses usages", en la cual se aconseja el uso del polen en la hipertensión arterial, las afecciones graves del sistema nervioso y endocrino, así como en la prostatitis.

La jalea real cierra el grupo de sustancias elaboradas por las abejas que presentan propiedades terapéuticas. Durante mucho tiempo a los investigadores que estudiaban las abejas les surgían varios interrogantes. ¿Por qué la reina criada de un huevo análogo al de las demás abejas de la colmena es dos veces mayor y más pesadas que las obreras; por qué es capaz de poner más de 2000 huevos al día y, por último, por qué ella puede vivir cerca de seis años, mientras las abejas obreras no viven más que 30 o 35 días?

La larva que sale del huevo destinado para el nacimiento de la reina es alimentada con la leche de colmena o jalea real. El Dr. Karl Dreer, que dirigió el Instituto de Apicultura de Alemania Federal, indica que la jalea real es elaborada por las glándulas hipofaríngeas o supracerebrales de las abejas nodrizas, que se alimentan de polen, a semejanza de cómo la leche de los mamíferos es segregada por las glándulas mamarias.

La jalea real contiene hasta el 18% de proteínas, del 10 al 17% de azúcar, hasta 5,5% de materias grasas y más de 1% de sales minerales. Es muy rica en el complejo vitamínico B. Además la jalea real es rica en hormonas sexuales y en vitamina E que estimula la actividad sexual.

La jalea real se utiliza con éxito en caso de afecciones cardiovasculares, del tracto gastrointestinal, de tuberculosis y brucelosis, de artritis y en la enfermedad de Parkinson. La jalea real es rica en acetilcolina (sustancia que dilata los vasos sanguíneos), por esta razón se recomienda en casos de hipertensión. El Dr. Roberto Helin de Argentina ha tratado a pacientes con endarteritis obliterante (estrechamiento del diámetro libre de los vasos sanguíneos u obstrucción total) suministrándoles jalea real.

Dado que el jugo gástrico hace inactivar las propiedades de la jalea real, recomendamos antes de tomar la jalea, beber medio vaso de agua hervida con bicarbonato de sodio (una cucharilla de bicarbonato disuelto en un vaso de agua hervida).


Bibliografía:
Budai, La miel, medida eficaz en el tratamiento de las heridas rebeldes (La miel, medio eficaz en el tratamiento de las heridas rebeldes), "Vratchebnoye delo", 1945, nº 11-12
Alain Calais, Le pollen. Sa récolté, ses proprietés et ses usage, Orleans, 1959.
N. Iorish, Las abejas, farmaceuticas aladas (Las abejas farmacéuticas aladas) Ed, Mir, Moscú 1985.
Kovaliov, El colmenar experimetnal ("El colmenar experimental") nº2, 1927.
St. Mladénov, Propiedades conservadoras de la miel de las abejas, Prirola, Bulgaria, nº5, 1963.
W. Neumann, K. Habermann, Beiträge zur Charakterisierung der Wirksfoffe des Bienengiftes", Arch. Exp. Pathol. U. Pharmakol., 1954
fuente:http://www.dietasana.net/miel.html

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