Ejercicio para manejar el miedo

EL MIEDO



El miedo consiste, básicamente, en una falta de confianza ante el futuro, que aparece imaginado con dificultades y problemas, erizado de peligros y de situaciones dolorosas que no estamos seguros de poder soportar. Mas en esta actitud atemorizada hay dos hechos incontrastables: en primer lugar, es seguro que el mañana traerá problemas, pues son componentes intrínsecos de la vida humana, siendo imposible escapar de ellos; y, en segundo término, en el fondo de nosotros sabemos que, sea lo que sea que el destino nos depare, vamos a ser capaces de sobrellevarlo. ¿A qué tememos, pues? ¿Dónde radica esa falta de confianza, esa inseguridad?. La clave es simple: no tenemos miedo porque nos falte confianza en el futuro, sino que la causa es que no confiamos en nosotros mismos.

La ansiedad resultante es producto de una baja autoestima, la reacción programada que hemos aprendido basada en que tenemos que sentir miedo ante lo desconocido, evitando el riesgo.

Lo más negativo del miedo no es el sufrimiento que experimentamos por adelantado ante sucesos que todavía no se han producido ¾¿no es esto un absurdo lógico?¾, sino que esa reacción negativa, esa tensión ansiosa, esa preocupación nos impide gozar del ahora, del momento presente, nos impide tomar conciencia de las bendiciones y milagros en que nos desenvolvemos diariamente, anestesiándonos para disfrutar de tantos placeres como tenemos a cada instante al alcance de la mano.

Haga una lista de los hechos a los que verdaderamente tiene miedo, incluyendo sólo los que teme activamente, y no los que sabe por medio del intelecto que podrían tener consecuencias negativas para usted. Para cada uno de esos sucesos, anote qué es de lo que desconfía en sí mismo o en el mundo para producirle este miedo.

Cuando haya detectado sus desconfianzas, aquellas aptitudes y capacidades que cree no poseer en suficiente calidad y cantidad, pregúntese si su desconfianza en ellas es real o imaginada. En caso de ser real, pregúntese qué le haría falta para confiar en aquello en lo que no confía ahora mismo. Por ejemplo, el tener miedo a la soledad puede llevarle a una ampliación de sus amistades, a una profundización en las existentes, a una mayor apertura a los demás, o a apuntarse a alguna asociación.
http://sapiens.ya.com/laureben/sanacion_emocional.htm

Comentarios

Entradas populares de este blog

Madres Tóxicas

DECRETO PARA PEDIR ,Conny Méndez

Constelaciones familiares: Ejercicio para la adicción